Cometí el terrible error de conjugar el sabor de mis besos con la dulzura de tus labios, y me atreví a sentir una cachetada tremenda, o un golpe confuso que me llevara fuera de órbita, no mucho más de como lo haces tú. Me atreví osadamente a atreverme a abusar de esa boca tuya tan temible por eso digo, tan tuya que mis versos y mis palabras revelaron un silencio pulcro que tú ensuciaste al besarme. Y encima de mí te tuve, encima de ti me tienes, haciendo lo que más te gusta y lo que menos te gusta de mí, y por eso me declaro un abusador. No por intrigarte al no saber quién soy, no por añorarte cuando no lo necesito, no por tocar una piel tatuada por las huellas de otros. Abusador por besarte, abusador por tratarte bien, por darte lo mejor, soy un abusador yo. Porque ¿quién sabe quién eres tú? ¿Quién sabe si te mereces lo que no te he dado? ¿Quién sabe si me merezco sentir la impotencia de no hacerlo? El hecho es que no quiero hacerlo y el colmo es que ya voy por la mitad. Prefiero que me odies si te beso, que lamentar que no lo hice. Pero date cuenta de cómo me tienes, y date cuenta de como me dejas; ya que prefiero ser el abusador que te besó, al idiota que te dejó ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario