12.10.2010

LÁGRIMAS DE LA NOCHE

Me perdí entre la penumbra de un espacio trivial que me inundaba la mente de recuerdos injustos y la dejaba en blanco, como si el pasado fuera una paleta de colores y mi más cruel miseria fuera un pincel grueso, que manchó mi conciencia de blanco, dejándola vacía y neutra. Sentía como ardía entre mis venas la traición. Me quemaba e iluminaba el cielo nocturno, que poco a poco se comenzaba a derretir, hundiéndome en un lago negro con agujeros luminosos que parecían linternas que enfocaban un cielo que todavía seguía negro, a pesar de haber drenado tanto su color en aquel diluvio de lágrimas en donde las estrellas resultaban heridas, la luna se avergonzaba de su propia soledad y sentía ganas de caerse y chocar contra el lago que había formado el llanto de aquella madrugada... La luna caía hacia mí, cada vez la sentía más cerca... Hasta que me separaste la linterna de la cara... Y me desperté.

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