12.10.2010

MASOQUISMO: PARTE II (¿UN SER IMPERFECTO?)

¿Para qué guardar la mitad de un corazón ajeno que nunca me perteneció, si tengo el mío roto en pedazos?
Me parto la sien pensando en los que no piensan en mí, sin percatarme de que el único que puede lograr eso soy yo mismo.
Cuando alguien ve algo malo en mí, huyen; me excluyen.
¿Pero yo tengo derecho a huir si algo no me gusta?
Los que me hacen daño se excusan cuando lo hacen,
pero cuando yo lo hago,
¿yo soy el malo?
Mis ojos son dos lenguas que desencadenan críticas que destruyen o favorecen algunos aspectos en las personas,
pero me irrita y permito que la inmadurez me haga sentir tan perfecto delante de ellos como para ofenderme cuando me lo recalcan.
Me creo más que todo el mundo y no hago nada por ser más que nadie, sólo me lo creo yo y creo que lo que hago es perfecto.
Desordeno mi presente, ocupando mi mente en ordenar un pasado que ya no está.
Hoy veo fotos y recuerdo.
Hoy veo fotos y desearía estar en ellas.
Hoy veo fotos y sonrío. Me enfurezco. Me tranquilizo.
Sin embargo, jamás intento sentirme tan feliz como esos seres inmóviles que contemplo en esas fotos, los cuales si saben hacerlo sin mí.
¿Por qué me afecta tanto?
¡Que vivan ellos su vida!
...
Pero tristemente yo vivo las suyas también.
Siento que merezco que alguien me ame y ni siquiera yo sé qué rayos es eso.
No me preocupo por ser el príncipe azul de ninguno, sino que espero encarcelado en mi ingenuidad, el mío.
Nunca me esforcé por ser el hombre,
sino un niño que depende del amor de otro.
Un niño que pide todo y no puede dar nada.
Un niño que a la vez tampoco pide y le dan todo; pero se quejan.
Un niño que sabe cómo enfrentar sus problemas,
que sabe decir NO,
que hasta a veces aconseja al hombre,
que tiende a llorar para ser feliz y sonreír para que otros lo vean.
Un niño que le encanta llamar la atención pero no quiere que nadie lo vea.
Un niño que se la da de niño...

...pero es un demonio.

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