Hace un año te conocí,
¡qué rápido pasa el tiempo!
¿No crees?
Jamás en mi vida creí poder hacerlo,
sin embargo pasó.
Jamás en mi vida creí perderte...
y pasó.
Recuerdo nuestro primer beso encantador.
Entre esas cuatro francesas paredes oscuras,
en esas dos butacas que nos separaban.
Sólo que no fue únicamente eso.
Quizá fui yo,
quizá para mí fuiste tú.
Pero para nuestro amor nadie tuvo la culpa.
Porque nunca existió.
Los deseos no juzgan,
nuestras mentes experimentaban qué se sentía.
Pero nunca lo hicimos en realidad.
Cuando la oportunidad se nos dio,
nos dimos cuenta que perdíamos otra.
La más importante.
La de estar juntos.
Y estando juntos, descubrimos que no queríamos estarlo.
Absorbimos el deseo en una esponja,
y la dejamos ir.
No nos quedó nada después.
Nos dejamos ir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario