12.10.2010

SEGUNDOS

En 1440 horas se consumió lo que en 59 minutos tuvo intención de ser.
3480 segundos antes, había apuntado en su agenda, su número telefónico de 12 digitos.
Pasados 120 después, él recibió una llamada importante la cual debía atender.
Tenía que cumplir una obligación toda la madrugada mientras le complacía su compañía.

Luego de 5184000 de segundos después, él suspira y se hunde en la decepción.
Se molesta con el tiempo.
¿Qué pasó?
¿Por qué se detuvo el segundero?
¿Por qué se detuvo la esperanza?
El cristal se agrietó, la correa se soltó y las manecijas salieron disparadas reposando junto a las miles de partículas en las que se convirtió una mica de reloj al caer al suelo.

56 días pensando en él,
55 mensajes en los que le demostraba un cariño que creaba en su mente inocente más de 54 esperanzas perdidas.
53 años que quiso estar a su lado como en las parejas de películas,
52 minutos en los que pensó cosas diferentes,
51 motivos diferentes para no pensarlas,
50 insuperables recuerdos y
44 detalles que no quiere mencionar...

5 días que quería verlo y no podía y en los que podía, él no quería.
4 días en los que no supo nada de él.
3 palabras que jamás querrá olvidar.
2 días para darse cuenta y armarse de valor y terminar esa farsa en 1 hora...

... en los que todos esos segundos nunca quisieron ser.

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