12.10.2010

INCONFORME

Me colgué de tus pestañas negras, alzadas como una palmera decapitada tendida en el suelo, en lo ancho y penumbra de un paisaje sin sentido.
Sin olor.
Sin razón.
Hundido en la necesidad desmayada de probar aquel sabor a ti que no me gustaba y que se moría por jugar en mi boca, pensé en el por qué de mi soledad.
Pensé tanto que ya no tenía mas nada que imaginar.
Más nada que pintar en mi mente obsoleta.
Me fundí entre esa pasión exigente que me hace no quererte y esa irremediable ansiedad de querer al que no está.
Sin entender a la vida, ni siquiera a mí mismo, volví a pensar en ti como mi segunda opción,
Mi segunda prioridad,
Mi segundo plato,
En el que comí cuando el otro (plato) se me ensució.
Sin embargo seguía sin entender.
Tú me brindas lo mejor de ti que yo no valoro,
Me enseñas a saber que lo que no siento con necesidad de aprender,
Me ayudas a escalar las montañas que no son tuyas y aún así no entiendo por qué no soy conforme.
Ni contigo ni con nadie más.
Tú me miras con ojos negros como la noche y yo los quiero verdes como la esperanza de no estar solo. Tú me tocas con manos ásperas y yo anhelo piel de princesa.
Tú me besas con tus labios y yo añoro otros.
Puedo declarar inconformidad ante ti y ante cualquiera que no se asemeje a lo que quiero.
Digo que no,
Digo que no otra vez,
Y vuelvo a decir que no,
A tu amabilidad sincera por ofrecerme lo que necesito, pero no de ti.
Al verte dándomelo incondicionalmente, me quiebro, me debilito, me hallo encerrado en una cavidad sucia, llena de fósiles de lo que fui,
Cadáveres de mi alegría,
Mi inocencia,
Mi ignorante capacidad de decir que sí.
Y estoy allí, solo, sin nadie a mi lado no más que oscuridad,
Añorando entonces tu compañía, tú presencia.
Cuando no queda más opción.
Por eso, basado en lo ortodoxo que se volvía mí entorno,
Por eso, inconforme soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario