Anoche me senté frente a la luna y descubrí que me parpadeaba; desaparecía y luego reaparecía. Luego me di cuenta que era yo el que parpadeaba. Sentí un dolor inmenso en mi cuerpo cuando descubrí que estaba mal sentado. Un viento helado me abrazó y me cubrió; estaba sin camisa. Me sentía sin aliento y sin ánimos, estaba solo, sin ti. Descubrí que puedo modificar la manera en la que sufro, no sufriendo. Viviendo mi propia vida, y no la tuya. Más que un deseo, es una prioridad. Llorando por ti, olvidé a que sabía la lluvia. Esperándote como un loco, descubrí que mi demencia era lo que sentía por ti y mi manicomio tu casa. Estallaba en nervios cuando te perdías sin saber que el que estaba perdido era yo.
Una mañana, caminando, me di cuenta que tan diferente soy de ti. Y esa es mi mayor virtud, no estar de acuerdo contigo, no compartir los mismos gustos, no probar los mismos sabores, ya que eso me convence de que no eres para mí y ya no puedo seguir matándome si por amarte sin que tú me ames ya estoy muerto.
Ahora es tiempo de recuperar lo que perdí por tratar de ganarte;
ahora es tiempo de recoger los pedazos de mí y empezar de nuevo;
ahora es hora de escalar hacia lo más alto sin esperar que algo me esté esperando;
ahora es hora de ver la hora sin preocuparme por donde vienes.
Ahora la prioridad soy yo.
Ahora lo importante soy yo, no tú.
Ahora quiero que sientas que fuiste importante para mí, y gracias a ti he tomado esta decisión.
Me sentía tan mal sin poder darme cuenta que estaba mal porque yo mismo lo permitía, porque estaba tan encerrado en el palacio en el que yo te escogí de rey, que ya estaba cansado de lustrar tu trono sin hacer nada por mí.
¡Ahora es que hay tiempo para mí! ¡Y gracias a ti me di cuenta a tiempo!
Tiempo que podré aprovechar sin ti,
tiempo en el que seré feliz,
tiempo en el que lucharé por mi propio bien,
tiempo en el que tu espacio está ocupado ya.
Tiempo en el que viviré de verdad, ¡sin ti!
Una mañana, caminando, me di cuenta que tan diferente soy de ti. Y esa es mi mayor virtud, no estar de acuerdo contigo, no compartir los mismos gustos, no probar los mismos sabores, ya que eso me convence de que no eres para mí y ya no puedo seguir matándome si por amarte sin que tú me ames ya estoy muerto.
Ahora es tiempo de recuperar lo que perdí por tratar de ganarte;
ahora es tiempo de recoger los pedazos de mí y empezar de nuevo;
ahora es hora de escalar hacia lo más alto sin esperar que algo me esté esperando;
ahora es hora de ver la hora sin preocuparme por donde vienes.
Ahora la prioridad soy yo.
Ahora lo importante soy yo, no tú.
Ahora quiero que sientas que fuiste importante para mí, y gracias a ti he tomado esta decisión.
Me sentía tan mal sin poder darme cuenta que estaba mal porque yo mismo lo permitía, porque estaba tan encerrado en el palacio en el que yo te escogí de rey, que ya estaba cansado de lustrar tu trono sin hacer nada por mí.
¡Ahora es que hay tiempo para mí! ¡Y gracias a ti me di cuenta a tiempo!
Tiempo que podré aprovechar sin ti,
tiempo en el que seré feliz,
tiempo en el que lucharé por mi propio bien,
tiempo en el que tu espacio está ocupado ya.
Tiempo en el que viviré de verdad, ¡sin ti!
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