Lo que odié no fue que me perdieras, sino lo que utilizaste para obtenerme.
Lo que odié no fue perderte sino haber perdido lo que era cuando me creí tus promesas falsas.
Lo que odié no fue amarte sino no hacerlo de la misma forma que tú.
Lo que odio no es recordarte todo el tiempo, sino hacerlo sin que tú lo hagas.
Lo que odiaría sería llorar sin que te importe cuanto.
Lo que odié no fue sacarte de mi vida, sino saber después que desde antes estabas fuera.
Pero lo que lamentablemente odié fue lamentarme por no estar a tu lado sin ver cuan feliz podía ser.
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