No te lleves mi corazón a tu inhóspito propósito de acompañar a la soledad.
Mi sueño de no tenerte se hace realidad teniéndote, bailando y dando vueltas como trompos. Bañados por el brillo del sol, soñamos que el sueño se vuelve parte de la realidad, realidad que cada día se vuelve irreal a nuestros ojos, cuando el miedo es lo único en lo que pensamos. Y como se lo permitimos, arrastra lejos de nosotros suciamente nuestras más fabricadas ilusiones, fabricadas con sueños que no son reales.
Cuando ya todo arde en fuego, el dolor unifica nuestras almas, que tiemblan de miedo; siempre cuando todo está en llamas y pide por piedad, es cuando el miedo no nos deja actuar. Y decaemos débiles como hojas de otoño. Siendo víctimas de un recuerdo, nos aferramos al dolor que arde en nuestros huesos, producto de la frialdad que nos seca la mente.
Cuando el miedo se convierta en tu desayuno, yo moriré de hambre solo; y todo lo que está a nuestro alrededor te haga recordar que lo hice por ti.
Y lo lamentarás...
Mi sueño de no tenerte se hace realidad teniéndote, bailando y dando vueltas como trompos. Bañados por el brillo del sol, soñamos que el sueño se vuelve parte de la realidad, realidad que cada día se vuelve irreal a nuestros ojos, cuando el miedo es lo único en lo que pensamos. Y como se lo permitimos, arrastra lejos de nosotros suciamente nuestras más fabricadas ilusiones, fabricadas con sueños que no son reales.
Cuando ya todo arde en fuego, el dolor unifica nuestras almas, que tiemblan de miedo; siempre cuando todo está en llamas y pide por piedad, es cuando el miedo no nos deja actuar. Y decaemos débiles como hojas de otoño. Siendo víctimas de un recuerdo, nos aferramos al dolor que arde en nuestros huesos, producto de la frialdad que nos seca la mente.
Cuando el miedo se convierta en tu desayuno, yo moriré de hambre solo; y todo lo que está a nuestro alrededor te haga recordar que lo hice por ti.
Y lo lamentarás...
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